martes, 7 de agosto de 2012

Sacrificio para la Perfección - Cap V


Capitulo V: Un vistazo a la historia.

Después de esa cruel despedida y corazones rotos, Mio no volvió a hablar con Haru de nuevo.  Los días se hacían largos, vacíos y dolorosos.  Ella sabia que no era fuerte para enfrentarlo, pero algo en su vida había cambiado, una luz se había apagado dejándola en pena y agonía, ese algo que le faltaba era... la ilusión de estar junto a Haru.
–  ¿Y como te fue con la directora la semana pasada? – Pregunto Hisako a Mio, después de un fin de semana sin verse, mientras ingresaban a su salón.
Mio acomodo su mochila en su pupitre y respondió un poco mas animada que la semana anterior – Al final no pudimos encontrarnos, le surgió un imprevisto antes de nuestra reunión.
– Que mala suerte – afligida.
– No del todo – Le sonrió a su amiga – Me recomendó buscar en la biblioteca un libro, para mi suerte yo ya lo había visto hace tiempo. Asi que se donde esta exactamente, los descubrí por sus portadas tan antiguas que llamaron mi atención.
– Eso es bueno – Sonrió – ¿Vamos después de clases? Te acompaño – Emocionada por ayudar a Mio. Esta asintió y terminaron su conversación cuando el profesor ingreso al salón a comenzar la primera clase del día.
Mas tarde, ese día, Hisako se encontró con Hiroshi en sus clases de piano. Quien estaba preocupado por Mio y quería saber como se encontraba y todo sobre su charla con la directora.
Hisako le comento lo que había pasado y lo invito con ellas a la biblioteca después de clases, pero este se negó ya que tenía planes para ese día. No aclaro cuales eran pero si que eran importantes.
Haru, que se encontraba en el mismo salón, no puedo evitar oír el nombre de Mio y acercárseles a ellos para preguntar.
– Disculpen mi interrupción, pero…  Quisiera preguntarles como esta Mio. Desde lo ocurrido no hemos hablado y la verdad estoy preocupado por ella también.
Hisako lo miro y noto la tristeza en su rostro, ella sabia que Mio había estado evitándolo todo este tiempo. Pero Hiroshi no estaba al tanto de esa información, y pese a su corta relación con Haru, fue el quien le comento como estaba ella y lo que pasaba.
Haru estaba muy agradecido y les pido un ultimo favor, que lo mantuvieran al tanto de todo y si necesitaban algo, que no dudaran en pedir su ayuda. El estaría ahí, dispuesto a ayudar, no solo a mio si no que a ellos también.
El joven vampiro era una persona muy noble, fiel a sus sentimientos y amable. Hisako podía notar todo eso y mas, haciendo que se le partiera el corazón al verlo tan desanimado lleno de frialdad y tristeza. Ella quería ayudarlo, no solo a él, si no también a Mio que llevaba la misma expresión en su rostro que por un mal entendido, palabras sin terminar y nuevos suceso, la relación de ambos había caído en un abismo.
Los días se estaban volviendo más fríos, ya que el invierno se encontraba a la vuelta de la esquina. La ciudad se cubría de una neblina espesa por las tarde, y tomaba un aspecto mas tenebroso.
Las calles apenas eran visibles, y los salones de la academia se tornaban oscuros y para nada acogedores cuando la luz del sol ya no era tan brillante.
Mio se encontraba caminado por uno de los extensos pasillos del tercer piso, debía encargarse de llevar las libretas de alumnos a la secretaria. Pero el aspecto terrorífico la perseguí y escalofríos recorrían su cuerpo, ya no sabia cuan segura estaba ahora o cual peligro corría.
Después de dejar las libretas, apresuro su paso para almorzar con Hisako como lo prometió y luego visitar la biblioteca, pero sentía que cada paso que daba estaba siendo vigilado por alguien a distancia. Salón por salón, ventana por ventana, todo observaba con curiosidad a encontrarse con alguien peligroso o quien la siguiera.
Esa extraña sensación a sus espaldas que aumentaban su miedo, apresurando su paso. Por fin llego al patio, donde había mas personas, más ruido y movimiento, pero se detuvo en la puerta a ver detenidamente el pasillo, sabía que algo no estaba del todo bien.
Sin poder ver algo o alguien, se resigno y corrió a su encuentro. Pero una voz gruesa hablo tras ella – Quiero que la tengas bien vigilada – Y se desvaneció como una sombra, sin dejarse ver ni ser oído.
Mio no sabia nada de eso, pero estaba en lo correcto al sentirse asechada.
Después de su clase, Hiroshi fue el primero en abandonar el salón, mientras que Hisako esperaba a Mio en el pasillo. Haru se despidió de ella con un leve movimiento de su cabeza en forma de referencia y Hisako respondió con su sonrisa. Minutos después, a lo lejos puedo ver a su amiga acercándose – MIO – Grito alegre.
– Perdón por la tardanza, me encargaron las libretas – Respondió.
– No te disculpes – Sonriendo, la tomo del brazo – Vamos, unos libros nos esperan – Se fueron rumbo a la biblioteca sin tener intenciones en detenerse o distraerse en su camino.
Una vez en la entrada, una de las hermanas Shunsuke, Hotaru, cruzo miradas con Hisako, miradas amenazadoras y de alerta, indicando que Mio estaba bien vigilada.
Esta era una de las hijas mellizas del Sr. Shunsuke, y como su padre, compartían ese aspecto sombrío y desprecio por los demás. Siempre dispuesta a seguir cualquier orden de su padre y serle fiel sin importar el costo, pero a demás de su personalidad maquiavélica, por fuera era bastante hermosa como para engañar y atraer a sus victimas como todo vampiro real. Su hermosa figura, largo cabello dorado acompañado con sus ojos magenta, eran la combinación perfecta de una dulce y encantadora estudiante de 17 años. Teniendo en cuenta que su edad verdadera excedía mas de los 100 años.
Dentro de la biblioteca, Mio y Hisako, comenzaron a buscar en los estantes mas viejos y apartados del salón. Minutos pasaron pero no pudieron encontrarlos, lo que desesperaba a Mio que recordaba haberlos visto ahí hace tiempo.
En ese momento aparece detrás de ellas Haruhi, la hermana de Hotaru, que era muy diferente ya que era más comprensiva y no llevaba esa mirada amenazadora como su padre, si no más de nostalgia.
Para sorpresa de las amigas, esta traía en sus manos el libro que tanto anhelaban. Sin expresión en su rostro, solo palabras secas ­– Tómalo ¿No es lo que buscabas? – Se dirigió a Mio.
– ¿Por qué tan amables? – Interrumpió Hisako.
– ¿A que te refieres con eso? La directora me pidió que se lo buscara por ella – La miro con asco y volteo – Un gracias era suficiente.
­– Hisako – Mio la regaño – Espera Ha… Haruhi? No lo mal interpretes, solo que…
– Suficiente, no intentes ser amable. Todos sabemos que eres una frágil niña que en cualquier momento se romperá – Seria – Solo lee eso, y cuando encuentres cosas nuevas ahí no salgas huyendo a llorar con mama.
– DETENTE – Se interpuso Hisako, pero Mio la detuvo.
– Tiene razón – Bajo la mirada – Tiene toda la razón, soy una cobarde – Sus manos comenzaron a temblar mientras sostenía el libro.
Haruhi no tardo en notarlo – Creo que debemos parar esta conversación por ahora, yo ya me voy – Atravesó la puerta sin mirar atrás ni oír los regaños de Hisako defendiendo a su amiga.
– No le hagas caso Mio – La tomo de los hombros y le sonrió – Yo sé que tu puedes con esto, eres una maravillosa persona y no debes dejar que ni por un segundo esto te afecte en nada.
Pero ya era tarde, Mio no pudo contener las lagrimas – No, tiene toda la razón – Las lagrimas no paraban de caer y cada vez apretaba mas fuerte el libro –  No puedo con esto, es muy difícil y yo… Yo… Simplemente no quiero, no quiero esto… Lo pero que todo es tan extraño, todo cambia y… Y Haru… Porque Haru… No lo soporto, no soporto mas – Salió corriendo sin escuchar la voz de su amiga, dejando tras ella todo ese dolor que cada vez se apoderaba mas y mas de su razón. Pero no soltó el libro, y corrió con el a casa.
Hisako, resignada, pidió prestado el libro y se disculpo con la bibliotecaria. Luego se retiro a su hogar, sentir que le había fallado a su amiga y eso la destrozaba.
Camino de regreso, aun se sentía observada, ya no era solo en la escuela también en la calle. Pendiente de eso, el miedo comenzó a invadirla y decidió correr lo que le quedaba de camino.
Sin mirar atrás ni detenerse, sentía esa necesidad de correr más rápido y mas aun cuando la neblina comenzó a dificultarle la visión del camino, todo era mas aterrador.
Una vez en casa, Mio se encerró en su habitación y no hablaba con nadie. Incluso ignoraba a Izumi, lo que sorprendía mucho ya que ella era su mayor confidente. Comenzó a leer el libro sin importar las lágrimas o la tristeza, se puso firme y no pararía hasta terminarlo.
Izumi sentía la necesidad de hablar con ella, quería saber que la preocupaba y tratar de ayudarla en lo que pudiera, pero si Mio no demostraba necesitarla, ella no podría forzarla a algo que no quiera.
Una semana paso y Mio no asistió a clases, había decidido terminar de leer el libro en casa y no ver por ahora a nadie de la academia. Lo que preocupaba a todos, en especial a Haru que no tardo en notar la ausencia de su amada.
Triste y desanimado, sin ganas de nada. Haru estaba perdido en sus mas profundos pensamientos con intenciones de ayudarla pero no saber como. Su hermano no tardo en notar esa “mirada de estúpido, como el la llamaba, y en acercarse a él mientras paseaba por el patio de la academia. 
– ¿No esta muy frio para estar aquí afuera leyendo?
– ¿Qué haces aquí hermano? – Pregunto desanimado Haru, mientras leía un libro bajo un árbol.
– Yo también te extrañe – Sonrió mientras usaba su tono de burla – Veras, no soy el único, pero si el que te lo dirá.
– ¿Notar que? ¿Decirme que?
– Que tienes un aspecto estúpido – Comenzó a reír – No, en serio. Pareces un fantasma llorando penas por ahí, ya deja eso.
– En serio, no estoy de humor.
– Crees que no lo noto, de solo ver tu cara cualquiera se deprime – Suspiro – En fin, vine a levantarte el animo como todo hermano – Le guiño el ojo – Mira, te lo diré asi. Yo estoy enterado de todo hasta de lo que pasa la llorona de tu novia asi que vine a hacer lo que tú no haces.
– ¿De que hablas? No cometas errores – Se puso de pie.
– ¿Ahh, ahora soy yo quien comete errores? Señor enamorado de la virgen, si no mal recuerdo eso esta prohibido.
– Ya déjame en paz – Ambos chocaron sus hombros, per Takano lo detuvo – Suéltame.
– Como quieras, yo me encargare de tus problemas.
Haru volteo – ¿A que te ref… – Takano había desaparecido.
Mientras tanto, Mio había terminado de merendar junto a su abuela y se encontraba lavando los utensilios. A lo que su abuela se preparaba para salir a jugar al bingo con sus amigas, como acostumbraba los viernes por la tarde.
– ¿Estas segura de que no quieres acompañarnos, cariño?
– No abuela – Sonriendo – Debo estudiar, no te preocupes. Ve y diviértete.
– Bueno – Le dio un beso en la frente antes de salir – No estudies demasiado, que recién te recuperas de un resfrió y no quiero que te esfuerces demasiado. Ya faltaste una semana.
– Si abuela – Volvió a sonreírle – Ya ve que llegaras tarde.
La abuela la beso por ultima vez, y se marcho algo preocupada por dejarla sola. Mio aprovecho para hablar tranquilamente con Izumi, mientras le daba de comer, y luego leer el libro.
Izumi se sentó en su regazo, ya había terminado de comer y quería acompañar a su amiga con la lectura, ella también quería saber mas sobre las condiciones de su amiga –  ¿Crees que encontraras las respuestas ahí? Mio.
– No estoy segura, pero la directora dijo que aquí podría encontrar cosas interesantes sobre mi condición –  Abrió el libro y en voz alta, para que Izumi oyera, comenzó a leer.

El Sacrificio
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“[…] Desde la antigüedad y el principio de los días, las brujas han sido las encargadas de mantener el balance de este mundo, con su fuente de poder otorgadas por la misma madre naturaleza que bajo su permiso, son dignas y están obligadas a respetar y hacer respetar las reglas que fueron dictadas.
Pero debido a ciertos desprovistos y desbalances, han tenido que tomar manos duras en el asunto. La creación de la llamada “virgen”, con el fin de mantener el orden en el momento que las brujas ya no puedan controlar el caos.
Desde la primera aparición de la licantropía (hechizo azteca), una bruja desobedeció las ordenes de la naturaleza para protege a su familia (como ella había dicho) creando a un nuevo ser, el vampiro, provocando un desbalance total, conflicto entre especies y despertando la ira de los dioses. Estos, no muy contentos, se encargaron de arrebatarles los poderes pero ya era demasiado tarde, el nuevo ser había renacido. Desde ese entonces tomaron nuevas medidas para disminuir el desbalance, haciendo esclavos a los lobos de la luna y debilitando al vampiro con los rayos del sol. Aunque no todos los dioses estaban de acuerdo, ya que la vida humana estaba en peligro pero ese era un daño colateral que la mayoría iba a aceptar por tratar de desafiarlos.
Pero como la humanidad continúo desafiando, y algunas brujas comenzaron a utilizar la magia oscura en beneficio de vampiro y mal, los dioses decidieron que el día apocalíptico llegaría para darle fin a estas especies sin importar que humanos murieran en esta batalla a muerte.
 Ya que el día apocalíptico, como asi lo llaman al día en que el vampiro y el lobo perderán el control de si mismos y comenzaran una guerra sin sentido para destrozar ambas especies. Asi, renacería un nuevo mundo decidido por los mismos dioses.
Las brujas, al enterarse de esto, decidieron que ya era momento de reforzar su plan de la virgen, y asi poder proteger a sus familias.
Esta, seria la encargada de lograr la paz ese día, despojando a ambas especies de sus habilidades y dejarlos inconscientes hasta que una bruja termine el hechizo con sus sangre pura para darle fin a todo el caos. Para que esto funcionara, se creo una fundación secreta para que los vampiros y hombres lobo terminaran con sus rencores y asi no volver a despertar la furia de los dioses.
Lo que no tuvieron en cuenta, que no todos los seres tenían alma pura y eran demasiados ambiciosos para aceptarlo, y con la ayuda de magia negra, crearon un contra hechizo que permitiera utilizar la sangre de la virgen y crear una nueva raza invencible capaz de derrotar a los mismos dioses, el hibrido. Pero para esto, la virgen debe morir siendo pura sin sangre de vampiro en su sistema. […]

Mio descansó un momento – No puedo seguir leyendo – Suspiro.
– Pero yo creo que con eso es suficiente, a demás el día apocalíptico ya esta definido y por lo visto será este año – Preocupada por su única y mejor amiga.
– Lo se, y no creo ser capaz de lidiar con esto – Comenzando a temblar – Yo… Yo…
– Mio ¿Estas bien? – La miro fijo – Estas temblando mucho…
– Yo… Yo no quiero este destino. No es seguro… – Las lagrimas no aguantaron en caer de sus ojos – No puedo… En verdad, no puedo…
Izumi salto sobre ella y apoyo sus patitas sobre los hombros de Mio – Tranquilízate, por favor Mio. Tranquila, te prometo que todo estará bien.
– Quiero ver a mi familia – Suspiro entre lagrimas.
– Entonces la veras, mañana mismo iremos – Mio asintió.
Ya había anochecido y su abuela aun no regresaba pero eso no la preocupaba del todo, ya que una de sus amigas la tiraría en auto. Decido no leer mas el libro, ya sabia lo que quería sobre ellas asi que no sentía la necesidad de seguir. Izumi acepto esa decisión y la de ir a ver a su familia, ya que pensaba que le subiría el animo y se pondría mas fuerte. Solo esperaba que las cosas mejoraran con el tiempo, no quería que por alguna razón tuviera que perder a Mio.
Después de preparar la cena, subió a su habitación a preparar un pequeño bolso en lo que esperaba a su abuela. Seria un viaje corto asi que no llevaría demasiadas cosas, en cuanto su abuela volviera le diría de su pequeño viaje a casa, de todos modos la semana estaba por empezar y debía retomar sus clases.
Izumi también iría, asi que preparo unas cuantas cosas para el viaje, la mayoría bocadillos.
– Vaya, si que eres una glotona. Izu – Le dijo Mio mientras reía.
– No digo nada, solo porque estas riendo – Sonrió.
Mientras reían y seguían preparando las cosas, un ruido fuerte provenía de la puerta trasera. Esto logro asustarlas, pero Izumi decidió ir con cuidado a ver si no era la abuela de Mio que tal vez había olvidado su llave de nuevo.
Mio esperaba la señala de Izumi para bajar, cuando de repente la gatita pego un grito de susto y lanzo un gruñido. Mio, sin pensarlo, bajo corriendo a ver que pasaba cuando sus ojos lo vieron, se trataba de Takano, que sostenía del lomo a Izumi mientras esta pataleaba y lanzaba zarpazos al aire en defensa propia.
– Ya deja de moverte, esto es irritante  – Suspiro Takano.
– Suéltame, suéltame  –  Exclamaba Izumi. – MALDITO VAMPIRO.
– Si dejaras de intentar atacarme, ya lo habría hecho. Pff, y mira quien habla de vampiros  – Soltó su risa.
Mio se tranquilizo un poco, pero estaba algo molesta al verlo tan de repente en su casa  – ¿Qué quieres? Y ya suéltala, no hará mas nada. Lo prometo. – Izumi asintió y este la soltó.
– Solo viene a hacer lo que mi hermano y el sucio lobo deberían de estar haciendo – Se explico –  Que no hagas ninguna tontería.
– ¿Quién crees que eres?
– Las personas que deben de cuidarte, asi que ya deja de hacerte la fuerte.
– No necesito que me estén cuidando como un niño – Gruño – Asi que ya vete.
– ¿Y porque no vas a la escuela? No me digas después que no haces tonterías, eres una llorona y por eso haces tonterías.
Mio comenzó a reír con sarcasmo – Ya vete de mi casa, no te necesito ni a ti ni a nadie mas a mis espaldas. Izu es la única y con ella me siento segura – Izumi se sonrojo –  Asi que por favor ya vete.
Takano no podía creer tanta estupidez – Con más razón, no me iré hasta que regreses a la academia.
– ¿Como quieres que haga eso? ES VIERNES.
– ¿Asi que creen que soy estúpido? Mira, mi hermano es un inservible. Pero yo no, vi como armaban las maletas y se todo lo de su estúpido plan de ir a ver a tu familia. ¿Cómo se te ocurre, sabiendo que arriesgas tu vida y la de ellos al contactarlos?
– No sé de que hablas.
– ¿Crees que estas segura asi como asi, no le iste el estúpido libro? Hay gente mala y esta detrás de ti, no desperdiciaran ninguna oportunidad para atraparte y hacer esto se los facilitas demasiado.
– No me importa lo que digas, yo iré a ver a mi familia.
– SI, y yo la acompañare – Izumi se paro frente a el seria y desafiante.
Takano frunció su seño, ya estaba molesto – Maldita niña… Esta bien – Volteo y miro un poco el lugar. Luego volvió a verla – Pero yo iré con ustedes, no podemos arriesgarnos.
– NI PENSARLO – Grito Mio – No quiero saber nada contigo.
– O aceptas o yo mismo me encargo que no pongas un pie en la calla, salvo la academia – Serio y decidido, logro intimidarlas.
Mio lo pensó por unos minuto – Esta bien, pero estarás lejos de nosotras y no me hablaras en todo el viaje.
– Mejor imposible – Sonrió Takano.
Después de hablar con su abuela, esta acepto y se ofreció a acompañarlas, pero Mio le dijo que un amigo la acompañaría asi que la despreocupo.
Al día siguiente, Takano las espero frente a la casa y partieron directo a la estación de trenes. A todo esto, ni Haru ni los amigos de Mio tenían idea de este pequeño viaje, pero no eran los únicos que estaban pendientes de la existencia de Mio.
El viaje se hizo largo y aburrido, ya no aguantaba las ganas de llegar a su casa y correr a abrazar a sus padres que hace tanto no veía. Izumi estaba emocionada por conocer el antiguo hogar de su amiga y la familia de la cual provenía. Mientras que Takano, maldecía todo el viaje y se sentía un guardaespaldas de niños.
Ya en las puertas de la ciudad, la cara de Mio se ilumino y una enorme sonrisa alegro su día. Al bajar del tren, ya no aguantaba las ganas de llegar a su casa. Mientras caminaban, ella recordaba cada día vivido en esa ciudad y su viejo instituto y amigos. Tanta alegría, que no se dio cuanta que alguien los estaba persiguiendo y no era cualquier persona, ya que era un ser sobrenatural.
Después de unos minutos de caminata y de soportar los quejidos de Takano, llegaron a la antigua casa de Mio. Y sin poder aguantar, salió corriendo y entro a su casa utilizando sus antiguas llaves que aun conservaba.
Al entrar nadie se encontraba aun en la casa, pero por el horario sospecho que aun estaban trabajando, asi que invito a sus amigos a pasar y preparo un rico almuerzo mientras esperaban.
– ¿No tiene celular o algún lugar donde puedas llamarlos? Se esta haciendo tarde y debemos regresar.
– La verdad no, y no contestan sus teléfonos. Esto me esta preocupando y no me iré antes de saber algo de ellos – La preocupación la estaba invadiendo.  
– Tienes hasta el anochecer – Le aclaro Takano. Izumi no opino sobre el tema, pero estaba preocupada por la tardanza de los padres.
Las horas pasaban y no obtenían respuesta alguna, lo que los estaba desesperando. Mio no tenia muchos familiares a quien preguntarles, y eran difícil de contactar los pocos que había. Takano le dijo que iría a dar una vuelta en los lugares que sus padres solían ir, asi que le pidió a Mio que le dijera cuales eran y salió al instante, dejándola a solas con Izu.
– ¿Estas segura de que no se fueron de viaje? Mio.
– Estoy segura, en esta época no es posible por el trabajo de mi padre. Pero es raro que mi madre no este ya en casa, ella es maestra y la jornada educativa ya ha finalizado hace horas.
– Acuérdate de lo que dijo Takano, están tras de ti ¿No notas algo extraño en tu casa?
– ¿Raro como que? ¿Por qué lo dices?
– Algo que diga que huyeron o… Secuestraron – Mio se puso pálida al oír esas palabras y comenzó a revisar bien la casa.
– Lo único raro es la cantidad de polvo y las cartas acumuladas, es obvio que hace días que no viven aquí. Pero no le avisaron nada a mi abuela de su viaje o posible escape y si estuvieran secuestrados ya me habría llamado el secuestrador ¿No crees?
Izumi comenzó a pensar, pero no estaba segura – Algo raro esta pasando. Debemos esperar que Takano vuelva con noticias, mientras tanto no saldremos afuera.
Ya había pasado una hora y Takano no regresaba, preocupándolas demasiado. Mio no dejaba de caminar por los nervios de un lado al otro de la sala, mientras que la pequeña Izumi revisaba la habitación de los padres. Luego reviso el correo, ya que Mio lo paso por alto y ahí encontró algo que llamo demasiado su atención. Una carta de la policía y otra de la morgue, al ver la segunda, Izumi casi se desmaya pero tras oír un fuerte ruido de cristales roto, hizo que saliera corriendo a ver que su amiga estuviera bien.
Al bajar a la sala, una extraña persona que no había visto antes, estaba sosteniendo a la joven por el cuello. Izumi no pudo hacer más nada que saltar con sus garras sobre esta persona.
Lo que no sabían, que este joven extraño de ojos dorado, y una expresión de maldad y desprecio, que al acercarse se dio cuenta que se trataba de un vampiro.
Había mordido a Mio, ya que no se resistió a la sed de sangre, y esta había manchado su camisa negra entre abierta y su pecho.
 Este, con una voz ronca, se dirigió a Mio – Lo siento niña, no pude resistirme al dulce sabor de tu sangre. – Comenzó a reír – Pero tengo órdenes de llevarte conmigo, asi que copera o lo haremos por la fuerza.
Mio estaba helada, pero no tardo en reaccionar – Tu… Tu eras esa presencia que sentía, alguien me seguía y eras tu –  Este solo soltó una risa.
– Veras, tengo órdenes asi que no es algo que haga por placer.
– ORDENES DE QUIEN – Pregunto Izumi.
– Mira eso, un gato que habla. Y después dicen que los vampiros somos raros… JAJAJA.
– No iré a ningún lado contigo – Dijo Mio – Asi que por favor vete.
Riendo le respondió – Crees que porque lo digas me iré asi nomas – Se puso serio – Creo que no entiendes lo que esta pasando, belleza. – La tomo del cuello y abrió su boca, dejando ver sus grandes y afilados colmillos. Aparto su cabello y la mordió con fuerza, mientras Mio gritaba al sentir ese dolor desgarrador que la inmovilizaba. El agresivo vampiro, no pudo contenerse a tal sabor que la sangre de la virgen tenia, sin poder dejar de succionar su sangre, mio se estaba poniendo pálida.
Izumi gritaba del pánico, arañaba y mordía el cuerpo del atacante pero este no cesaba. En ese momento aterrador, entro Takano por el mismo lado que el otro vampiro, y se lanzo sobre este liberándola.
Sin rodeos, lo sostuvo del cuello al igual que el a Mio, pero Takano introduzco su otra mano con fuerza en su pecho y le arrebato el corazón con mucha facilidad, dejándolo morir al instante. 
Lego se acercó a Izumi, que estaba tratando de despertar a Mio después de haberse desmallado por su perdida de sangre.
– ¿Esta bien?
– No, no… No despierta… Perdió mucha sangre – Le respondió Izumi, con su vos quebrada a punto de llorar.
– A ver, déjamela a mí. – Tomo a Mio entre sus brazos y mordió su propia muñeca, luego dejo caer gotas de sangre en la boca de la joven.
– ¿Qué haces? – Izumi no entendía.
– No te preocupes, mi sangre la curara.
– Pero se transformara…
– Tranquila, para mañana mi sangre ya no correrá en sus venas, y estará a salvo.
– Pero…
– Para convertirse debe morir con mi sangre en su interior, asi que ya! Tranquila, en serio no le pasara nada.
Recostaron a la joven, aun desmayada, en la cama de sus padres y esperaron que despertase por si sola. No querían alterarla mas de lo que ya estaba, y a demás después debía de enterarse de las malas noticias que Takano había averiguado esa tarde en su ausencia.
Mio por fin abrió sus ojos, y bajo las escaleras directo a la sala para ver como estaban los demás. Casi ni recordaba lo que había pasado, ni la razón por la que habían viajado hasta esta ciudad.
Entre murmuras, oyó decir a Izu muy afligida y asustada – No puedo creerlo… – Pero no sabia de que se trataba, y mucho menos lo relaciono con sus padres, solo pensaba en ese extraño ataque de hace unos momentos por un desconocido.
– ¿De que hablas Izu? – Preocupada, pregunto Mio frente a los sillones de la sala. Izumi agacho la mirada, no era capaz de darle tal noticia a su amiga.
Pero Takano no tenia problemas de hacerlo, solo que quería ser delicado en un tema tan importante como este, que tal vez provoque fuertes emociones en Mio y sus decisiones.
– Por favor siéntate Mio – Estirando su brazo hacia ella, el cual respondió y tomo asiento – Tal vez esto que estés por escuchar no se para nada de tu agrado, pero temo que debes saberlo y es muy importante.
– No entiendo nada – Comenzó a preocuparse, algo amargo recorría su garganta.
– Necesitas saber que tus padres sufrieron un accidente de transito…
– ¿Qué? ¿Cómo se encuentra? ¿Están bien? – Miro a Izu, estaba exaltada y aterrada. Izumi hizo un gesto de tristeza y amargura, lo cual no la alentaba para nada. Luego miro a Takano, y sus lágrimas estallaron mojando sus mejillas.
– Lo siento Mio – Se sentó a su lado y la abrazo – Envistieron contra un camión, y murieron. – Mio se quebró y abrazo muy fuerte al vampiro, casi sin dejarlo respirar y mojonándolo con su intenso e imparable llanto.
Mio ya no quería oír mas del asunto y luego de varias horas de llanto, quedo completamente dormida. Takano la subió en brazos a la alcoba y recostó en la cama. Luego la tapo y acomodo su cabello para que este no tapara su rostro, la miro fijamente sin poder sacarle la mirada a tan bello y angelical rostro. Suspiro muy profundo, ya que estaba preocupado por ella y su terrible perdida, era muy raro de Takano ya que era una persona seria y especialista en ocultar tales sentimientos, pero había algo en ella que se lo impedía. Algo que le decía que él debía protegerla…
Pronto bajo a la sala, donde Izumi aun se encontraba recostada en el sofá muy preocupada y perdida en sus pensamientos. Takano rompió ese ambiente…
– ¿Quieres comer algo? – Izumi lo negó con la cabeza – De acuerdo, saldré un momento.
– Crees… ¿Crees que esto se trata de un simple accidente o las personas que están tras de ella han hecho esto?
Takano suspiro – La verdad no lo se, pero a estas alturas todo es posible. A demás el accidente fue extraño, como si el auto hubiese sido empujado de lado al frente del camión…
– Entonces fueron esas personas, las que el vampiro dijo que tenía órdenes…
– Probablemente, hablaremos de esto cuando regresemos a la Academia. Pero por hoy es suficiente, Mio debe descansar asi que partiremos mañana. – Se fue sin más que decir. Izumi siguió pensando hasta quedarse dormida.
Al día siguiente, los rayos de sol que travesaban la ventana de la sala, despertaron con delicadeza a Izumi, que la bostezar abrió sus ojos y vio a Takano dormido sentado sobre unos de los sillones frente al de ella. Mio aun no había despertado, y Takano no daba señal de querer hacerlo.
Llegando al medio día, los demás ya habían despertados y estaban preparados para regresar. Mio estaba desanimada y aun se podía notar la tristeza en sus ojos. Nadie quiso decir nada que pudiera incomodarla, asi que trataron de ser delicados hasta regresar a la cuidad.
Llegaron al atardecer, el pueblo estaba mas agitado a esa hora del día. Una leve brisa pegaba en sus rostro, pero no provocaba expresión alguna en Mio.
Takano las acompaño hasta su hogar, donde Mio corrió a los brazos de su abuela la cual no sabia la terrible noticia y tras contarles, ambas se consolaron en llanto, mientras Izumi observaba.
El vampiro abandono la escena y regreso a la Academia para reportar los sucedido en su viaja, ahora sabían que alguien andaba tras la virgen pero sin saber aun los motivos lo cual lo hacia sentir algo culpable por no haber interrogado al vampiro antes de arrebatarle la vida, aunque parte de el sabia que no soltaría ni una palabra, mucho menos si era un subordinado con ordenes.
Después de un largo viaje, Mio tomo un baño antes de irse a dormir, ya que al día siguiente debía volver a clases aunque su abuela le había dicho que podía faltar por la terrible noticia, pero esta se negó. Debía mantener su mente ocupada en los deberes y actividades escolares, para evitar pensar en el hecho de que ya no vería a sus padres.
Antes de que entrara al baño, Izumi le comento de la sangre en sus sistema, para evitar que esta decidiera hacer algo imprudente y se arrepintiera por el resto de su eterna vida… Si eso pasaba. Mio la tranquilizo y le comento que nunca se le cruzaría eso por la cabeza y dejar sola a su abuela. Más tranquila al oír esas palabras, se fue a recostar por que el cansancio del viaje le había ganado y después de haber cenado tanto, estaba más que lista para irse a dormir.
Durante su relajante baño, se tomo un tiempo para pensar, pero no en lo sucedido a sus padres, si no en los momento y recuerdos mas hermosos que tenia junto a ellos y que guardaría hasta el final de sus días… Entre pensamientos, recordó como Takano la había tratado con delicadeza, y ella se sentía culpable por haberlo tratado como un demonio y no solo a el… También le debía una disculpa a Haru, quien era el que mas estaba sufriendo esta distancia en estos momentos, sin poder despegar la imagen de Mio de sus pensamientos.
Esa noche asumió su responsabilidad, prometió a si misma nunca huir y darle frente a sus responsabilidades. Ya no seria débil, quería crecer, ser mas fuerte y lograr ayudar a quienes la necesitaban… Empezando por quienes había lastimado sin sentido.